regalanos letras

algunos de los aportes recibidos en el evento virtual en Facebook: regalanos letras, gracias,,,



Macedonio Fernandez

El Universo o Realidad y yo nacimos en 1ª de junio de 1874 y es sencillo añadir que ambos nacimientos ocurrieron cerca de aquí y en una ciudad de buenos Aires. Hay un mundo para todo nacer, y el no nacer no tiene nada de personal, es meramente no haber mundo. Nacer y no hallarlo es imposible; no se ha visto a ningún yo que naciendo se encontrara sin mundo, por lo que creo que la Realidad que hay la traemos nosotros y no quedaría nada de ella si efectivamente muriéramos como temen algunos.
En vano diga la historia, en volúmenes inmensos, sobre el mucho haber mundo antes de ese 1ª de junio; sus tonos bobalicones es lo único que yo conozco (no sus hechos), pero los conocí después de nacer, como todo lo demás. Lo que me podría convencer sería el Arte, más gracioso y verdadero: un preludio de Rachmaninoff, una mirada creada por Goya, pero no es tan crédulo el arte, no abre la boca ante los cortejos de pompas fúnebres, como la historia...


aporte de vecchitto,,,

La oveja negra/De Augusto Monterroso

En un lejano país existió hace muchos años una Oveja negra.
Fue fusilada.
Un siglo después, el rebaño arrepentido le levantó una estatua ecuestre que quedó muy bien en el parque.

Así, en lo sucesivo, cada vez que aparecían ovejas negras eran rápidamente pasadas por las armas para que las futuras generaciones de ovejas comunes y corrientes pudieran ejercitarse también en la escultura.


aporte de Jorge Vinitzky

El Negro Mar.

La noche morada sueña
sobre el mar;
la voz de los pescadores
mojada en el mar;
sale la luna chorreando
del mar.

El negro mar.

Por entre la noche un son
desemboca en la bahía;
por entre la noche un son.
Los barcos lo ven pasar,
por entre la noche un son,
encendiendo el agua fría.
Por entre la noche un son,
por entre la noche un son,
por entre la noche un son. . .

El negro mar.

Ay, mi mulata de oro fino,
ay, mi mulata
de oro y plata,
con su amapola y su azahar,
al pie del mar hambriento y masculino,
al pie del mar.

Nicolás Guillén

Paz Final  Jorge Vinitzky



“Otros amigos han volado antes.
En la madrugada me abandonará,
como mis esperanzas han volado antes.
Entonces el pájaro dijo: Nunca más.”

Del Poema: “El Cuervo
Edgar Alan Poe (1845)

El ave de bruñido plumaje
vuela sobre el mar plomizo,
sin posarse en los pequeños islotes
sobrevivientes del desastre.
Hace mucho medra la líquida planicie
buscando sus costas ancestrales.

En la escasa tierra magra
Los únicos ríos son de negro asfalto.
Las pocas lluvias
forman arroyuelos ácidos
que se secan, arrojando
infectos vapores.
Todo es baldío reseco.

Los hombres buscan sustento
sin pausa y sin recuerdos.
Las mujeres hurgan con palos,
entre el rojizo polvo salado,
buscando raíces amargas.
Con sus senos vacíos
y adusta mirada.

Son tan pocos los remanentes
de las antiguas huestes humanas,
Que también las guerras
sucumbieron finalmente al colapso.
Hasta la paz devino en azote aberrante.

Unos pocos ancianos
resguardan con celo,
algunos libros arcanos,
que encierran la historia.
Son los custodios ciegos
de las peligrosas cajas de Pandora.

El ave, agotada, continúa su vuelo
sobre el mar enorme;
empobrecida sopa agria
que refleja la enfermiza luz
de un sol que hiere.
Finalmente se posa sobre las aguas.
No es un Fénix de leyenda.
Grazna, aletea, y finalmente,
muere.




Sigmund Freud

No podemos eludir la impresión de que el hombre suele aplicar cánones falsos en sus apreciaciones, pues mientras anhela para sí y admira en los demás el poderío, el éxito y la riqueza, menosprecia, en cambio, los valores genuinos que la vida le ofrece. No obstante al formular un juicio general de esta especie, siempre se corre peligro de olvidar la abigarrada variedad del mundo humano y de su vida anímica, ya que existen, en efecto, algunos seres a quienes no se les niega la veneración de sus coetáneos, pese a que su grandeza reposa en cualidades y obras muy ajenas a los objetivos y los ideales de las masas. Se pretenderá aducir que sólo es una mnoría selecta la que reconoce en su justo valor a estos grandes hombres, mientras que la gran mayoría nada quiere saber de ellos; pero las discrepancias entre las ideas y las acciones de los hombres son tan amplias y sus deseos tan dispares que dichas reacciones seguramente no son tan simples.

El malestar en la cultura – Sigmund Freud, Ediciones Folio 2007
Traducción: Luis Lopez Ballesteros


aporte de Dario Würtz Paiva

Cold in hand blues

y qué es lo que vas a decir
voy a decir solamente algo
y qué es lo que vas a hacer
voy a ocultarme en el lenguaje
y por qué
tengo miedo

(alejandra pizarnik)



En el patio de un poeta menor

Ya pasaron por el cielo las aves
que migraron
al país feliz.
Ya los carros llevaron el grano
y se encendieron las fogatas
y en los campos vecinos
bailaron y brindaron
hasta que vino el día y
¿cuál fue tu cosecha
este año?

Ronda la casa un viento silencioso.
Algo que se lleva de puntillas
los papeles rotos y las cenizas
que dejaste en el patio.

Apenas un momento
algunos restos temblarán en los rincones
que los retuvieron y luego
nada serán
en el aire
se habrán ido.

Los sueños tuyos tienen el peso
de esas formas
que un momento apenas
se elevaron
y luego
como el sol de otoño en la ventana
no estuvieron más.

¿Y adónde te has ido
hoy?
¿Cuál fue tu cosecha?

Miguel Gaya




aporte de Maria Lyda Canoso

de DIARIO DEL FUMIGADOR DE GUARDIA
Arnaldo Calveyra

Duerme el fumigador decano, ha envejecido como envejecen algunos maestros de la costa oriental del Uruguay. Poco a poco la muerte se va cansando de darlo de alta.
Un estuario arrecia, la mente entra en olores. Antes de dormirse nos contó la historia de la laucha que encontró muerta en una lata de conserva.
Y ahora mientras duerme parece estar pensando en otra cosa, tan excluyente el gesto, tan levantadas las cejas. Duerme y respira al mismo tiempo debajo del sauce y en una habitación azotada por respiraciones adversas. Los mosquitos que se posan sobre su frente caen muertos, fulminados al instante.
-Pasado de gas, aclara el compañero,
está a punto de despertarse.



aporte de Gabriela Rivero

el temor a la vejez ¿envejece?
el temor a la muerte ¿enmuerta?
¿qué estoy haciendo con los miles yo
de compañeros muertos?
¿me estoy enmuerteando yo?
¿acaso les temo/amados?
¿te acaso temo paco/cara
como una alegría humana?
¿o los envidio yo tal vez?
¿o los envidio yo tal vez?/
¡juntos como anduviéramos ahora
sin sufrir propio y ajeno?
¿pero por qué me lloro en vos-
otros pedazos de mi vida?
¿acaso puedo al fin llorar?
¿puedo por fin al fin llorar?

Juan Gelman.


aporte de Dario Würtz Paiva


una puerta
sabe esperar:
guarda en su memoria:
el silbido del carpintero:
el pájaro que la cantó en el árbol:
el árbol que desde la semilla
soño llegar al cielo:
el cielo que imaginó una canción:
una canción llena de pájaros y árboles:
que presupone:

la melodía de tu mano
abriéndola para siempre


(alejandro carrizo)



Incertidumbre
(…”la Viajera no viene, no vendrá”…)

el poeta enamorado de la viajera;
el eterno ausente;
el recién llegado,
cubierto de asombro y río.
de todos estos Hombres,
por cuál soy habitado hoy.
quizás:
el que mira reventar los hormigueros,
en los días de humedad,
y no siente la espera inútil;
o quién para no saberse distante,
se conversa en la noche;
¿el insomne fracasado bajo el rocío?
y de todos Ellos,
cuál resignará primero
lo que no llega,
lo que jamás será nombrado.

Dario Würtz Paiva



negar nadando

pleno sol que pareciera sacar secar
feroz sicario que arrasa pensamientos frescos y los reduce dentro de frascos de colonia de botiquines frenéticos destellando los más profundos en sobrecitos azules de veneno natural de ese que cura relacionado con reminiscencias religiosas reducidos a diminutos tapers de tapa pálida casi blanca vacíos de todo sentido pérfido pedófilo al filo de una condena natural
callada cáscara de calor castigo casi eterno pero no no niegues nada nadarás de noche nadarás oscuro nadarás hacia nunca jamás
nadar
no existe negar nadando el lugar del mar en la vida de uno

María Lida Canoso


aporte de Bibi Varela Gibb

Poema Bebiendo Solo A La Luz De La Luna (otra Versión) de Poetas chinos.

Entre las flores, un tazón de vino
bebo solo, ningún amigo está cerca.
Levanto mi Copa, invito a la Luna
y a mi sombra, y ahora somos tres.
Mas la Luna nada sabe de bebidas
y mi sombra se limita a imitarme,
pero así y todo, Luna y sombra serán mi compañía.
La primavera es época propicia para el goce.
Canto y la Luna prolonga su presencia,
bailo y mi sombra se enreda.
Mientras me mantengo sobrio, somos alegres juntos,
cuando me embriago, cada uno marcha por su lado
jurando encontrarnos en el Río de Plata de los Cielos.


Versión de Luis Enrique Délano

aporte de Bibi Varela Gibb

Poema de Poetas chinos.

Últimamente comprendí el significado de la tranquilidad,
día tras día me mantuve apartado de la multitud.
Limpié mi cabaña y la preparé para la visita de un monje,
que llegó a visitarme desde las montañas lejanas.
Vino bajando desde los picos ocultos por las nubes,
para verme en mi casa de techo de paja.
Sentados en el pasto compartimos la resina del pino,
quemando incienso leímos los Sutras del Tao.
Al terminar el día encendimos nuestra lámpara,
las campanas del templo anuncian el
comienzo de la noche.
Repentinamente advertí que la
tranquilidad es realmente Felicidad,
y sentí que mi vida tiene abundante ocio.




cuentan las gotas
no son palabras es aire
carruaje de la voz que las ahoga

no son bengalas
son restos de abrazos que flotan

no es pan
son juramentos que cayeron de la mesa
cuerpos minúsculos y ciegos

los cuento
que es como volverlos a perder


Graciela Corrao



aporte de Graciela Corrao

ella vive en una casa techada por el cielo
y las gaviotas y las nubes recorren sus sueños
donde se asoma se abre una ventana
donde camina,una puerta da al mar,
sin más llaves que sus manos tendidas
al llamado ligerísimo del aire.

Alberto Szpunberg.



aporte de Gabriela Rivero

Gotán

Esa mujer se parecía a la palabra nunca,
desde la nuca le subía un encanto particular
una especie de olvido donde guardar los ojos,
esa mujer se me instalaba en el costado izquierdo.

Atención atención yo gritaba atención
pero ella invadía como el amor, como la noche,
las últimas señales que hice para el otoño
se acostaron tranquilas bajo el oleaje de sus manos.

Dentro de mí estallaron ruidos secos,
caían a pedazos la furia, la tristeza,
la señora llovía dulcemente
sobre mis huesos parados en la soledad.

Cuando se fue yo tiritaba como un condenado,
con un cuchillo brusco me maté,
voy a pasar toda la muerte tendido con su nombre,
él moverá mi boca por la última vez.

Juan Gelman.



aporte de Gabriela Rivero

Entre tantos oficios ejerzo éste que no es mío,

como un amo implacable
me obliga a trabajar de día, de noche,
con dolor, con amor,
bajo la lluvia, en la catástrofe,
cuando se abren los brazos de la ternura o del, alma,
cuando la enfermedad hunde las manos.

A este oficio me obligan los dolores ajenos,
las lágrimas, los pañuelos saludadores,
las promesas en medio del otoño o del fuego,
los besos del encuentro, los besos del adiós,
todo me obliga a trabajar con las palabras, con la sangre.

Nunca fui el dueño de mis cenizas, mis versos,
rostros oscuros los escriben como tirar contra la muerte.

Juan Gelman.




da schufst du ihnen Tempel im Gehör.

R. M. Rilke

Una leve huella dejan de sí
las palabras, vagos restos de humo
entre la tierra y los vastos
cielos giratorios, cabeza de Orfeo
como un sueño flotando
sobre las aguas eternas.

Ha sido largo el estío
aún demora su paso
el follaje. Ya prepara
el amante al amante
un suave lecho de horas
y todo acaba, y todo comienza.

Alta luna que asciende
como águila veloz sobre el mundo
plena quietud del estanque
memoria oscura del viaje:
tan sólo un poema que acoge
a la sombra memorable

Alejandro Drewes


Canción de amor

Si te estuvieras ahogando, acudiría a salvarte,
a taparte con mi manta y a ofrecerte té caliente.
Si yo fuera comisario, te arrestaría y te
encerraría en una celda con la llave echada.

Si fueras un pájaro, grabaría un disco
y escucharía toda la noche tu trino agudo.
Si yo fuera sargento, tú serías mi recluta
y, chico, te aseguro que te encantaría la instrucción.

Si fueras china, aprendería tu idioma, quemaría
mucho incienso, llevaría tu ropa rara.
Si fueras un espejo, asaltaría el baño de las señoras,
te daría mi lápiz rojo de labios y te soplaría la nariz.

Si te gustaran los volcanes, yo sería lava
en constante erupción desde mi oculto origen.
Y si fueras mi esposa, yo sería tu amante,
porque la Iglesia está firmemente en contra del divorcio.


joseph Brodsky - Versión de Alejandro Valero




aporte de Susana Torralbo


Como una estrella fugaz
después de dejar su
estela
pendiendo de la luna
llegué a tus brazos de humo
a tu tiempo nocturno
a tu expectante bosque
para reconciliar mi sueño
para alejar
las sombras.
SUSANA TORRALBO

38.

Por ahora no sé quien eres.
ni adónde estás siempre.
Sé que nos ha tocado vivir
en la misma ciudad
y en un mismo país de la tierra
al mismo tiempo.
Y eso me basta.

Hoy es de noche, pero mañana
saldré como ayer en tu busca.
Estoy seguro sabré reconocerte.
Por si acaso, para que sepas.
andaré como siempre,
con anteojos negros y bastón blanco.

GONZALO MELLIAN (CHILE)


Julia prilutzky Farny


...Quisiera creer que puede
ser la luz, la victoria,
la olvidada fatiga, la ternura,
el amor que dialoga.
Que más allá de esto
recomienza el esquema de la rosa.
Pero es mentira. Yo sé que es mentira:
yo que he sufrido su mirada turbia,
su aguda mordedura
acechando en el plomo y en la pólvora,
sus caricias
y aquel infame aliento de su boca.
Yo conozco la muerte,
esa ramera insatisfecha y tonta.

de Hombre Oscuro - Sainte Claire editora, 1980



Cárceles

(Carcere VII, Giovanni Battista Piranesi)

Exacta como un sueño,
la misteriosa escenografía de Piranesi:
derrotados muros entre ruinas de prisiones
y borrosos arcos.

-¿Un sueño dentro del sueño?-

De pronto, la mirada brillante
de una mujer inesperada se asoma
por entre esa imprecisa materia
derrumbada.
y reconstruye un espacio de espejos rotos
donde todo rostro de muerte se refleja
como salvado del tenaz estrago de los años.

¿Quizás Piranesi haya querido construir
a través de sus cárceles "una teoría visual del insomnio",
y en el intento se quedó dormido
y prisionero para siempre?

Hector Freire




aporte de vecchitto

MORIR EN LA POESÍA/DE ABD AL WAHHAB AL BAYATI

(Traducido del árabe por: aría Luisa Prieto).

Caminamos hacia el mar despidiéndonos del sol
que se sumergía en una ola. Ella me dijo:
La poesía está prohibida, como el vino,
pero yo en la poesía muero.
¿Quién es Lara, Aisha
o este horizonte cerrado?
Le respondí: Ella es el amor perdido y el tiempo ausente,
y si quieres más,
ven, sumerjámonos en el mar.



(Del poemario: El jardín de Aisha, 1989)


obediencia - Jorge luis Estrella

Mi padre era el ser más obediente que pisó la tierra.
Se casó con mi madre
porque ella le dijo: "casémonos".
Tuvieron hijos
porque ella le dijo: "Reproduzcámonos".
Se divorciaron
porque ella le dijo: "Divorciémonos".
Él mismo me contó que, en la escuela primaria,
había ganado fama de violento
porque sus compañeros,
para divertirse cuando lo castigaran,
le decían: "Peganos" y él les pegaba.
"Empujanos" y él los empujaba.
Fue militar porque su padre le dijo:
"Quiero que seas militar".
En la época de la represión
le ordenaron torturar y matar, él torturó y mató
y fue beneficiado por la ley de Obediencia Debida.
No es casualidad que naciera en la calle Nazca
y aún seguiría viviendo
ya que no hay calle que se llame Muera
si no es que yo, a manera de cándida eutanasia,
después de una acalorada discusión,
le dije al genocida:

"Morite".


Plumines insensatos.

Pájaros trinan en el techo esta mañana
recitan versos grises
plumines en mi almohada
aves cansadas migración giratoria
amores insensatos en un laberinto sin salida.

Laberinto agrio de la noche
sabores extraños en mi boca
párpados cansados de vos
noche deshabitada
ojos abiertos al insomnio.

Ensaladas de sexo ensimismado
no son plumas las que caen en mi almohada
son tus cabellos insensatos
signo de revoluciones
signo de amores sin salida
ya es tarde, los pájaros siguen cantando

G.Rivero.


No te daría mi colección de cucharas importadas -laura garcía del castaño

Ni me tatuaría un brazo
Ni me iría a vivir a tu casa con tu madre
Pero te dibujaría lo que la vida te borre
Te esperaría debajo, en el gran salto
Porque soy todo lo que no has buscado
La arrastrada por tu mayor creciente
La que supo domar al fantasma de tu entrada.

Tomo lo que me sirves, lo picante, lo amargo

Soy lo que dejas afuera a la intemperie,
La que va hasta ese lugar de tu fiesta,
del corazón
de tu hambre

No hay una foto tuya en mi billetera
Nunca retuve tu número, tus claves
No hay nada que nos una
apenas me tenso al esplendor de tu vida
con ese hilo finísimo
con que la luz

sujeta a los insectos.


aporte de vecchitto

POEMA/De BELÉN VECCHI

“El sombrero de mi madre cubre el mundo”.

"Fotos", de Rodolfo Walsh.

El miedo
En la cama
Cómo decirte
Que el amor es grande
Que el miedo es grande
Y la cama chica
Y mi voz no alcanza
Para soñar fuerte
Con tormentas, con colores
Blanco y negro, el mundo
El miedo y el amor, el mundo
Fuerte
Como los sueños
Como las tormentas de colores.


© 2012, Belén Vecchi (Argentina).


aporte de bibi gibb


Julia de Burgos

Amanecida

Soy una amanecida del amor?
Raro que no me sigan centenares de pájaros
picoteando canciones sobre mi sombrilla blanca.
(Será que van cercando, en vigilia de nubes,
la claridad inmensa donde avanza mi alma).
Raro que no me carguen pálidas margaritas
por la ruta amorosa que han tomado mis alas.
(Será que están llorando a su hermana más triste,
que en silencio se ha ido a la hora del alba).
Raro que no me vista de novia la más leve
de aquellas brisas suaves que durmieron mi infancia.
(Será que entre los árboles va enseñando a mi amado
los surcos inocentes por donde anduve, casta?)
Raro que no me tire su emoción el rocío,
en gotas donde asome risueña la mañana.
(Será que por el surco de angustia del pasado,
con agua generosa mis decepciones baña).
Soy una amanecida del amor?
En mí cuelgan canciones y racimos de pétalos,
y muchos sueños blancos, y emociones aladas.
Raro que no me entienda el hombre, conturbado
por la mano sencilla que recogió mi alma.
(Será que en él la noche se deshoja más lenta,
o tal vez no comprenda la emoción depurada?




aporte de Bibi Gibb

JORGE BOCCANERA

La mujer del prójimo

I

Llegó al cuarto entre asustada y no
su piel había memorizado calles
para que yo esta noche las caminase todas.

Llegó invadida de cebolla y pena,
de fiebre del pequeño y vecinas absurdas.
Llegó cansada de saludos breves,
preguntarse por qué a tanto silencio.

Necesitaba
que esta noche sus hombros arriben a otro puerto,
sus manos algo lejos del filo de la escoba,
su pelo rojo en otra almohada.

Entonces comprendí
que la mujer del prójimo es ajena,
incluso para él.


II

No unté mis ojos
con el paisaje de los tuyos,
ni desordené el día para que aparecieras,
ni he juntado tus ruidos con mi boca
para que no doliesen las preguntas,
ni siquiera
me llamo como dices, pero
puedes quedarte,
hay un poco de sopa, algo de vino,

afuera está lloviendo en otro idioma.
____________________
de «MUSICA DE FAGOT Y PIERNAS DE VICTORIA» (1980)




Amante de turno

la carne se llama a sí misma
la sangre devuelve el vértigo
el silencio cruel reina
como siempre la vida…
estalla
promete
resigna
persigue
niega

ciegos de cielos
morimos
en sabanasudarios
extrañas



Alex Zeta

aporte de Vecchito

Berna Wang - El gato muerto

Hoy en el parque, en medio del rectángulo de hierba que rodea la estatua del general, he visto un gato muerto. Un bulto de pelo blanco y negro. Junto a él, una hoja de papel amarillento doblada en cuatro. Estaba muerto el gato: a su alrededor volaban las moscas en círculos. Y no se movía. Sobre el césped sólo se agitaba, con la brisa, la hoja de papel.
He pasado delante dos veces sin atreverme a acercarme. Pero después de la segunda, no he podido resistirlo: he vuelto sobre mis pasos, he mirado a uno y otro lado por si me veía alguien, y me he metido en la hierba, decidida. Luego me he agachado, he cogido el papel y lo he desdoblado con manos temblorosas.
Y he visto que sólo era una factura.


(En Pequeños accidentes caseros- Madrid, adamaRamada, 2004).

aporte de Vecchito


EL BORDE DE SÍ/De HUGO MUJICA

A los pies de una
escalinata,
aferrada al
niño que mece en sus
brazos,
una mendiga
extiende su mano,
se asoma a su borde,
desnuda su tajo.

Cada vida es lo que en ella se abre:
su vacío, donde se humaniza dios.


(En Casi en silencio, Valencia, Pre-textos, 2004).


-aporte de Liliana hayat

La tarde giraba como un barco
con voluntad de pan
y empuñadura de juguete nuevo
él llegó con su ración de pájaro en la frente
y aquella vieja moto
ella traía un sol empecinado en su cintura
y una canción de pólvora en los brazos
se encontraron en el instante justo
en que los pueblos arrojan sus muelles a temblar
él se quitó la intemperie
y un pantalón que alguna vez fue azul
ella apoyó sus rodillas en el suelo de tierra
y con sumo cuidado
desató su cabello de los dedos del aire
después
en un lugar
dolido de humedad y otras barbaridades
los dos cuerpos se pusieron a cantar.

Jorge Boccanera

Astral

Mi catarsis no es objetiva
Es sólo la purificación de mis alteres
Ocasionalmente tanteo un espacio impensado.
Hurgo en mi mente
Libero mis pies de la tierra
Abrazo la Luna
Me robo una estrella la incrusto en mi corazón
Mi espíritu ilumina las eternas sombras
Como una pincelada de soles nocturnos.


Liliana Hayat


-aporte de Marizel Estonllo
Chéjov

El tío Vania gime en Chéjov

Antes ha gritado .
Ya mucho antes ha gritado lo que supo ver

El mundo como la rueda de un carro
oxidada y rota
se había desprendido
echándose a rodar en su propia destrucción.


El canto herido de la gaviota en una playa desolada.


-aporte de Marizel Estonllo

Poema Carta en el buzón del viento
de Juan Manuel Roca

Sin saber para quien,
Envío esta carta en el buzón del viento.
Oscuros hombres han merodeado a mi puerta
Con gabanes abulados por la escuadra de una lugger,
Y en la noche, mientras leía a mis viejos poetas enlunados,
Una legión de sombras ha roto mi ventana.

No son duendes.
No son fantasmas los habitantes de este ebrio ricón del mundo,
Y sin embargo,
Nos hemos visto dando nombres propios a un vacío:
Hay un poblado de hombres desaparecidos
Y es frecuente escuchar en las calles y en los bares
A las gentes que hablan de abandonar un país como un barco
que naufraga.

Sin saber para quién,
Escribo esta carta puesta en el buzón del viento,
Desde una nación donde alguien proscribe el sueño,
Donde gotea el tiempo como lluvia envilecida
Y la risa es condenada por traición a los espejos.

No sé a quién pedirle que abra su ventana

Para que entre esta carta puesta en el buzón del viento


-aporte de Valeria cervero

Viernes 18 de julio de 1931

Horas y horas y más horas.
Y sin embargo, ¿quién puede decir hoy,
viernes 18, sin sentirse de algún modo diferente?
En este preciso momento, por ejemplo,
estoy recibiendo del día, a medida que pasa,
diferentes nerviosismos, obsequios y terrores
sin dejar, por eso, de preguntarme si esta novela
se venderá, gustará, o si yo seré más conocida u olvidada.
Pero ahora, que maravillosa y sencillamente soy Virginia
mirando por la ventana de mi cuarto, necesito
que todos los instantes se abran y dejen paso
a unas pocas palabras, el veredicto de Leonard,
a quien voy a mostrarle primero que todos el libro.
Él y yo sabemos que sólo el amor y la confianza
nos dejan ser frágiles con todas nuestras fuerzas.
Y yo tuve mis crisis y desmayos, y él supo
estar firme incluso cuando no sabía qué hacer.
Sé que en el fondo no necesito su opinión.
Pero la necesito. Y el corazón me tiembla de gozo
al decir esto. Al poder decirlo, finalmente,
sin sentir que estoy atada a alguien. Sobre algo de esto
quise escribir: la fortaleza de los cambios
y la belleza de la fragilidad, las sucesivas
corrientes sin nombre que nos atraviesan.
Todavía hoy, escribiendo este diario,
volviendo hacia atrás las páginas escritas
con mi letra, no dejo de pensar que es como
si nunca hubiera estado ahí, en mi vida,
más que de a ratos, y me pregunto
cómo salí viva de entre tantos hermosos
tormentos, cómo, de pronto, dejaba de ser
yo misma para poder ser otra y otra,
anclada a los cambios y desarraigada.
Oh, Leonard, ¿qué me irás a decir? ¿Qué sucedería
si no te gustara, si sinceramente te pareciera ilegible?
Pero, al mismo tiempo, qué alegría y qué poder también
saber que sufro y me intensifico, que soy un abanico
de personalidades que confluyen, a pesar de los disturbios
de mi mente, para prestar atención, Leonard,
cuando vengas bordeando el jardín, y a los pocos
instantes de verte pasar por esta ventana, entres
a mi cuarto sacándote el sombrero y me digas,
sonriendo: Virginia, ¿cómo lo hiciste?


Tomás Maver


-aporte de Ce Ortiz

ANA EMILIA LAHITTE - ARGENTINA

Octubre.
Los azahares abrían
su limpio olor a semen.
En guaridas,
nuestro instinto se erguía
como un ciervo
presintiendo la presa.
Y los pasos elásticos clavaban
un redoble de sol sobre la tierra.
Pero no lo sabíamos.
La juventud es eso, vivirse
sin saberlo.
Sin antes ni después,
exactamente entonces.
Sólo entonces
y allí. No en otra parte.
Porque el alma no espera.
Se adelanta.

19 de diciembre de 1921
La Plata, Argentina

10 de Julio de 2013, en La Plata

Mundo
toma mi mano, analiza los surcos
compara mi afonía, hablo a solas,
lloro acompañada
por algo similar a una lágrima
-mariposa salvadora-
Mundo
abarca mi ánimo, mis fisuras
y mi intimidad
aparta polvo, traza un camino
soy criatura con sol y borrascas.
Mundo
guarda mi figura y olvida.
Sacrifico mi confianza,
murió una paloma
ya no hay brazos -mis brazos-
tampoco labios,
han pasado gaviotas por mis ojos.
Oigo falsa música rigurosa
pasar por mi boca
y como
migaja salada crispa la garganta.
Mundo
di una ficción
para oír otra historia.

©Cecilia Ortiz

Zona de fuego




Mundo
toma mi mano, analiza los surcos
compara mi afonía, hablo a solas,
lloro acompañada
por algo similar a una lágrima
-mariposa salvadora-
Mundo
abarca mi ánimo, mis fisuras
y mi intimidad
aparta polvo, traza un camino
soy criatura con sol y borrascas.
Mundo
guarda mi figura y olvida.
Sacrifico mi confianza,
murió una paloma
ya no hay brazos -mis brazos-
tampoco labios,
han pasado gaviotas por mis ojos.
Oigo falsa música rigurosa
pasar por mi boca
y como
migaja salada crispa la garganta.
Mundo
di una ficción
para oír otra historia.

©Cecilia Ortiz

Zona de fuego


-aporte de Bibi Varela Gibb
SILVINA OCAMPO

CANTO

¡Ah, nada, nada es mío!
Ni el tono de mi voz, ni mis ausentes manos,
ni mis brazos lejanos.
Todo lo he recibido. Ah, nada, nada es mío.
Soy como los reflejos de un lago tenebroso
o el eco de las voces en el fondo de un pozo
azul cuando ha llovido.
Todo lo he recibido:
como el agua o el cristal
que se transforma en cualquier cosa,
en humo, en espiral,
en edificio, en pez, en piedra, en rosa.
Son distinta de mí, tan diferente,
como algunas personas cuando están entre gente.
Soy todos los lugares que en mi vida he amado.
Soy la mujer que más he detestado
y ese perfume que me hirió una noche
con los decretos de un destino incierto.
Soy las sombras que entraban en un coche,
la luminosidad de un puerto,
los secretos abrazos, ocultos en los ojos.
Soy de los celos, el cuchillo,
y los dolores con heridas, rojos.
De las miradas ávidas y largas soy el brillo.
Soy la voz que escuché detrás de las persianas,
la luz, el aire sobre las lambercianas.
Soy todas las palabras que adoré
en los labios y libros que admiré.
Soy el lebrel que huyó en la lejanía,
la rama solitaria entre las ramas.
Soy la felicidad de un día,
el rumor de las llamas.
Soy la pobreza de los pies desnudos,
con niños que se alejan, mudos.
Soy lo que no me han dicho y he sabido.
¡Ah, quise yo que todo fuera mío!
Soy todo lo que ya he perdido.
Mas todo es inasible como el viento y el río,
como las flores de oro en los veranos
que mueren en las manos.
Soy todo, pero nada es mío,
ni el dolor, ni la dicha, ni el espanto,

ni las palabras de mi canto.


-aporte de Alex Zeta

Paso a paso
Desconfía de aquellos
que no han considerado nunca
el suicidio.
Van haciendo paso a paso el camino,
cegándose al abismo que siempre acosa al hombre

Entran en la matemática rueda
de la materia.
Se hacen invulnerables a la desesperación.
Cuentan incluso, fríamente,
con el corazón.


Clara Janés



de El Edificio, Una novela en escombros, Ediciones AQL, año 2002.-


El edificio en el que me ocupan en algo, consta al parecer de cinco pisos los lunes. Cuando no acierto con el camino verdadero y llego, el primero que encuentro me saluda por si se larga a llover al mediodía y sólo si me confunde con un actor de la tele, será por los bigotes, digo yo, así que algún día me los dejaré crecer. Por lo general, cuando llego hace frío o calor o está templado, por eso trastabillo y finjo devolver el saludo, pero en realidad me soplo la nariz al tiempo que pienso si el ruido resultante no resulta demasiado estremecedor. Con paso firme, aunque no por eso menos tembloroso, camino por las entrañas del edificio, me dejo crecer las uñas, mastico algo del lado en que las caries no alcanzaron su apogeo, me huelo los sobacos, pongo cara de futuro desocupado y ya en mi despacho, despacho sin urgencia los asuntos más irrelevantes, que son la única clase de asuntos que llegan a mis manos, a pesar de que me las lavo todos los días, con excepción de los martes soleados, claro, obvio como el agua.


-aporte de Mario Capasso

Múltiples casos conocemos de personas que en el terror de la presencia en su habitación de un ladrón que las amenaza con armas, han enloquecido momentánea o duraderamente, y aun muerto. Es de notar que siendo tan agitantes, y casi cotidianos, los ensueños en toda persona, no hayan causado alguna vez efectos de igual gravedad. Ensueños de espanto son mucho más frecuentes que hechos espantables, lo que hace más ostensible la ausencia de esos efectos graves. Y no he oído nunca de persona que haya enloquecido mientras dormía.


fragmento de “No toda es vigilia la de los ojos abiertos”, Macedonio Fernández, Centro Editor de América Latina, año 1967.-


Luz verde - Marizel Estonllo

Esta hora filtra la luz en la ventana del fondo
por allá, desde atrás…sobre la mesa de compartir

Insistís,
Y no tengo nada para decirte

está tarde está gris y desapacible

…es que sabemos que vamos a ir…

Sin embargo unos acordes presagian
desde lejos , algo tierno
ponen de pie ,le hacen un guiño
a esa distancia que danza soberbia en esta lluvia sigilosa

nos sirve de excusa
nos hace extraños
nos pone cerca

Es la hora cuando madura la canela sobre el té humeante

Insistís
Y no tengo nada para decirte

Ya es imposible cerrar esa ventana.

…es que sabemos que vamos a ir…

Mientras tanto en la otra vereda
crece tímido
el sol,
pero crece,
y esa acción
es decisiva
alberga la tierra fértil de la dicha

nos hace próximos en el agradecimiento
nos amplifica en los otros
nos da luz verde
y paso a paso,

va igualando

la esperanza ,lo posible,


Un deseo… Un destino.

-aporte de Marizel Estonllo

AL SILENCIO

Oh voz, única voz: todo el hueco del mar,
todo el hueco del mar no bastaría,
todo el hueco del cielo,
toda la cavidad de la hermosura
no bastaría para contenerte,
y aunque el hombre callara y este mundo se hundiera
oh majestad, tú nunca,
tú nunca cesarías de estar en todas partes,
porque te sobra el tiempo y el ser, única voz,
porque estás y no estás, y casi eres mi Dios,
y casi eres mi padre cuando estoy más oscuro

gonzalo rojas



-aporte de Marizel Estonllo
Tarde de junio



Al filo del ángel y el cuchillo
emerges
mojada por la luna y el deseo
aún no tocada por las palabras.

Y enciendes en la noche
lo que aún no sé
lo que olvidé
lo que perdí.

La doliente promesa
de que la tierra es habitable.




Carlos GARRO AGUILAR


-aporte de Bibi Varela Gibb

Hija del viento

Han venido.
Invaden la sangre.
Huelen a plumas,
a carencias,
a llanto.
Pero tú alimentas al miedo
y a la soledad
como a dos animales pequeños
perdidos en el desierto.

Han venido
a incendiar la edad del sueño.
Un adiós es tu vida.
Pero tú te abrazas
como la serpiente loca de movimiento
que sólo se halla a sí misma
porque no hay nadie.

Tú lloras debajo del llanto,
tú abres el cofre de tus deseos
y eres más rica que la noche.

Pero hace tanta soledad
que las palabras se suicidan.


Alejandra Pizarnik



Elizabeth_Azcona_Cranwell

- 1 -
Se ha vuelto peligroso el goce puro. Elogiar el instante es alabar la fuga
sin sentido de todo lo viviente. No se puede retener su belleza,
su escándalo, ni beber sin castigo de pozos de dolor. Hoy se sostiene
apenas por un gesto de orgullo o de ceguera, de la repetición de la
palabra en sombra, de tanta vida sin vivir.
El cuerpo que escapó del naufragio no sirve para el rito. Las plegarias
se unen y piden pan. Lloramos a los muertos que nunca conocimos
y a los propios que parecen rendirse en las llamas del alba.
Ellos nos muestran desde un vidrio opaco sus rezos y los frutos
de la desolación. ¿A qué reglas acuden cuando se escapan de la piel,
quién trama todavía leyes para la tierra?
- 2 -
Nada tengo que ver con el deseo de los que me engendraron, la semilla
suntuosa o miserable y el vientre que buscaba llenar una oquedad.
Tal vez yo no responda a los sueños confusos de aquel amor o su
avidez por una permanencia que tan solo se roza en los comienzos.
¿Quién eligió su tierra el cuarto para el primer sollozo, los brazos,
cuna o cárcel para espiar el mundo? Triste momento es la creencia
de poseer el ámbito, sentirse como el fruto de un conocido tronco
y no saber cómo habitar el diálogo que se crea en las ramas con el
cielo, los pájaros o las figuras que desde el sol le nacen al rocío.
- 3 -
Alumbrémonos.
Perduro en la oración sellada. Iluminemos la tiniebla que nos marca
los límites; hablemos del dolor como de un manto que a todos
nos encierra, hablemos del amor como la luz que pocos alcanzamos.
Alumbrémonos.
¿Cuántas maneras de morir o de amar habremos de vivir, cuántas veces
deberemos partir con el alma enfriada con tanta cercanía, por una
sed de posesión que al fin no es más que soledad, el espejo más
próximo que nos borra la vista y paraliza nuestros pasos hacia
el único destino?
No pronunciemos cosas que pertenecen al silencio. Todo discurso es un
saber helado y ya no corresponde al corazón. Pero el adiós no es
cierto y tampoco la casa que se inventó nuestra orfandad. Seguimos
balbuceando mientras alguien nos cuenta desde lejos asuntos de su
vida marcada por la niebla o una lluvia de invierno, un sol remoto.
Alumbrémonos.
Cumpliremos el capricho de Dios, que sólo es un capricho cuando ya nadie

entiende su sabia voluntad secreta.


-aporte de mario Capasso

Una columna oblicua de luz que entra, férrea, por la ventana, y que deposita, sobre el piso de madera, un círculo amarillo, y en su interior un millón de partículas que rotan, blancas, mientras el humo de mi cigarrillo, subiendo desde la cama, entra en ella y se disgrega despacio, en esta mañana de mayo, de la que puedo ver, por los vidrios, el cielo azul: la vigilia. Dentro de un rato me levantaré, sacaré la ropa de sobre la cama vacía de mi hermano, me vestiré, saldré a la calle para tomar el primer café en la galería, fumando el tercer o cuarto cigarrillo de la mañana, parado al lado del mostrador, mirando en dirección al pasillo, sin hablar, sin percibir el gusto del café ni el del humo, hombre de alrededor de treinta años para los que me miran desde afuera, confundido a veces con mi hermano –alguien vendrá seguro a saludarme creyendo que soy él y no yo, el que sé que soy–, y a través de los ventanales de la galería veré el sol cayendo sobre las mesas de metal de colores en el patio casi vacío: la jornada.


fragmento de “A medio borrar”, relato de Juan José Saer, incluido en el libro “La mayor”, Centro Editor de América Latina, año 1982.-


-aporte de Elisabet cincotta

El Baile de los Ahorcados.
Arthur Rimbaud.

En la horca negra, amable manco,
bailan, bailan los paladines,
los descarnados actores del diablo;
danzan que danzan sin fin
los esqueletos de Saladín.

¡Monseñor Belcebú tira de la corbata
de sus títeres negros, que al cielo gesticulan,
y al darles en la frente un revés del zapato
les obliga a bailar ritmos olvidados!

Sorprendidos, los títeres, juntan sus brazos gráciles:
como un órgano negro, los pechos horadados ,
que antaño damiselas gentiles abrazaban,
se rozan y entrechocan, en espantoso amor.

¡Hurra!, alegres danzantes que perdisteis la panza ,
trenzad vuestras cabriolas pues el escenario es amplio,
¡Que no sepan, por Dios, si es danza o es batalla!
¡Furioso, Belcebú rasga sus violines!

¡Rudos talones; nunca su sandalia se gasta!
Todos se han despojado de su toga de piel:
lo que queda no asusta y se ve sin escándalo.
En sus cráneos, la nieve ha puesto un gorro blanco.

El cuervo es la cimera de estas cabezas rotas;
cuelga un jirón de carne de su flaca barbilla:
parecen, cuando giran en sombrías refriegas,
rígidos paladines, con bardas de cartón.

¡Hurra!, ¡que el cierzo azuza en el vals de los huesos!
¡y la horca negra muge cual órgano de hierro!
y responden los lobos desde bosques morados:

rojo, en el horizonte, el cielo es un infierno...


-aporte de Elisabet cincotta

Insomnia


Dante Gabriel Rossetti.

Delgadas son las faldas que la noche dejó atrás,
Antes de que el día quiebre el cielo con su crepitar.
Delgados son los jirones del sueño,
Oscilando en el espíritu cansado del viento;
Pero en medio de aquel reposo inquieto
Que desgarra la trama del olvido y el recuerdo,
Mi alma se estira hacia la tuya,
Cada vez más cerca.

Nuestras vidas nunca se unen;
Nuestros pensamientos nunca se distancian,
Aquello que aferra tu corazón al mío,
Parece disolverse en un brillo sombrío.
Esta noche, el Amor ejerce un control total,
Y con deseo y con pesar,
Mi alma se arrastra hacia la tuya,
Cada vez más cerca.

¿Existe un hogar, dónde la pesada Tierra
Se derrita en el aire brillante,
Y dónde el mal no se respire;
Dónde el agua barra el eco de la sed,
Y el fuego sea el reflejo de nuestra fe?
Si la voluntad yace atada al objetivo,
Tal vez allí pueda su esperanza engendrar.
Mi alma, en esta hora desolada,
Se agita hacia la tuya,

Cerca, siempre un poco más.


-aporte de María Lyda Gonzalez

Joaquín Giannuzzi
CUANDO LA DALIA SUPERA

Cuando la dalia supera
el peso calculado por una certeza de equilibrio,
se inclina hacia mi ventana neurótica.
Su violeta es profundo
absolutamente carnal y retórico.
Ahora acude un viento
trayendo distintas versiones de los asuntos terrestres.
La dalia se balancea a su paso
mientras mi yo calcinado permanece ajeno
a este devenir fresco y calmo.
La dalia respira fuera del entendimiento:
y el planeta esperándola suavemente con la palma

hacia arriba.


-aporte de Elisabet cincotta

Beso

Aún respira en mis labios
ese último beso
-la entrega pura y doliente-

augurio de despedida.


© Patricia Ortiz

"el pacto secreto" del autor al lector - Beatriz Isoldi (fragmento)

El primer hombre, el hombre arcaico, un día se encontró con un gesto. No era un gesto propio. Era un gesto de otro. Seguramente no le fue facil reconocer la diferencia, pero lo logró. Ese gesto de un "otro" enseguida le advirtió de un peligro, de la oportunidad de saciar su hambre. o le señaló un profundo sentimiento interno?. Seguramente respondió a su gesto. Y se produjo el milagro. El gesto fue luego canto, fue danza, Los unió. Los desunió. Los volvió humanos.El sonido vuelto voz, fue palabra. Y el hombre se conoció en su pasaje por la palabra. Y la palabra se expandió sobre la tierra y fue instrumento de persuación. modo de atemorizar, paradigma de conducta. Mucho costó y aún cuesta despojar al relato de esta finalidad práctica. Ser relato por el relato mismo. Ser por sí. Y cuando se lo logra qué. ¿Cuál es el sentido de su existencia? ¿Cuál es la finalidad del autor que escribe tal texto? ¿Es posible que la singular aventura de abismarnos en las vicisitudes de una intriga imaginada por otro, nos trastorne, nos transporte, nos vuelva distintos? ¿Es factible que después de compartir aquel encuentro neblinoso, impregnado de nostalgias, de pérdidas, de amor, entre Etsuko y su hija Niki que ha regresado fugazmente a la casa, ese momento de la mañana en que la madre se despierta y le llegan ruidos y canto de pájaros y una pálida luz desde afuera, ese asistir a ello en puntas de pié, vislumbrando la escena casi sin respirar a fin de no romper el hechizo, como lo cuenta Kazuo Ishiguro en Pálida luz en las colinas, ¿es factible que después del inquietante suceso, una parte de mi ser no se haya estremecido? ¿que no sienta que algo ocurrió?. Qué ocurrió. ¿un goce estético? ¿Una inquietud ética? ¿Algún resorte de mí mismo que se puso en juego más allá o más acá de las palabras?Quizás todo eso, quizá el gran ausente en éstas páginas, sea el término "placer". Ese sentimiento provocado por la suspensión de la incredulidad de la que habla Levi Strauss, que nos vuelve niños o, diría yo, nos evoca el sentido de aquel primer gesto.El absoluto e inexplicable placer encerrado en aquel encuentro con el gesto.El placer que ofrece la lectura de una obra de ficción quizás radique en la evocación de aquel pacto secreto que alentó el primigenio gesto de encuentro con otro.

1era. edición Botella al Mar (2009)



-aporte de Elisabet Cincotta

Rogelio Ramos Signes
Ingeniería del corazón

No todos mis caminos conducen a Roma.
Vientos huracanados
de más de cien desazones por hora
echaron abajo el mejor de mis puentes
(los vecinos más viejos cayeron al vacío).
Lluvias que suceden por debajo de los ojos,
algunos excesos -que fueron muchos-
y esa suerte que siempre está de espaldas
dañaron la carretera más pequeña
(mujeres empantanadas
terminaron desarmándose
en la boca humeante de los lobos).
Pero, aquí me ves
recostado a pesar de la prisa
aguardando la buena voluntad
de obreros que no conozco
y una pizca de miedo.

Dicen que en los caminos
que todavía conducen a Roma
hace mucho calor
y la gente discute sin motivos.

Aquí el frío por momentos es intolerable,
la tinta se cristaliza antes de llegar al papel
y algunas lenguas improvisan saludos.
Hasta donde pude averiguar
nadie sabe quién poda por las noches
el ligustro de los sueños.


El café está prohibido.


-aporte de Elisabet Cincotta

José Antonio Cedrón

Las palabras

No abandonar lo estrecho de este pozo
Le digo al animal que malvive pensando
En la arena que escarbas desde el muro
Todo es hondo, profundo
Escribes en la palma de una mano
Que se dio a la tarea de andar sobre
los pasos cortos de tu aliento
ellos hacen volar palabras en una hoja rayada
buscan el aire donde llega
la punta de los dedos
el olor de la tierra mojado cuando el viento
ese poco de suerte filtrado en este otoño
para cumplir lo veinte al otro lado
y no voy a cantar
cuando al fin las porfiadas se abren paso
entre la hierba espesa
y vienen a dictar bajo esta lámpara.
La cuestión

No hablo de aquellos golpes sobre el frente
La cal tiza ese polvo en el revoque fino
El ladrillo y el hueco sobre el rostro
Sino detrás, debajo
Hondas bases de adentro.
A esta superricie traemos los límites
De esa profundidad
A estas mismas orillas indescifrables
El difícil enigma que nos hace dudar
(frente al espejo)
que esta mano es una mano
que ese ruido es la lluvia

y el sospechoso sigue en el fondo.


-aporte de Valeria Cervero

me río de la mortalidad
de lo fanático que suele disiparse
en agua transparente

me río del capital río
de su modo animal de ver el mundo
al construir mansiones que se derrumban
cuando el planeta echa un viento fértil al piso

me río del hombre

del modo de ver la tierra
mi tierra virgen le dice
como si el mundo fuera una puta
nena carnal de diez años
con el culo parado y sediento


Felipe Herrero


EL CASTIGO

Y vinieron entonces los demonios
y abusaron de mi.
“Vinimos – me dijeron – a quitarte
toda pureza y arrogancia,
a enseñarte a reptar, a implorar, a plañir”.

Yo esperé como pude
que se cansaran y se fueran.

En verdad se llevaron casi todo.
De mi quedó un guiñapo,
un hueco horrible, una mentira,
una dura lección al borde de la tumba.

Pero no consiguieron arrancarme
los ojos donde estás.


Raúl Gustavo Aguirre, La Prensa, 1979


-aporte de Mítzar Brown Abrisqueta

NADIE NOS DICE

..nadie nos dice cómo
..voltear la cara contra la pared
..y
..morirnos sencillamente
..así como lo hicieron el gato
..o el perro de la casa
..o el elefante
..que caminó en pos de su agonía
..como quien va
..a una impostergable ceremonia
..batiendo orejas
.. al compás
..del cadencioso resuello
..de su trompa

..sólo en el reino animal
..hay ejemplos de tal comportamiento
..cambiar el paso
..acercarse
..y oler lo ya vivido
..y dar la vuelta
..sencillamente
..dar la vuelta

De Blanca Varela (Lima, 1926-2009) En: El falso teclado, vuelto a publicar en El libro de barro y otros poemas (2005)




-aporte de Yanina Audisio

ELOGIO DE MI CUERPO - Alaíde Foppa

6. El pelo

Dulce enredadera serpentina,
única vegetación
en la tierra tierna de mi cuerpo,
hierba fina
que sigue creciendo
sensible a la primavera,
ala de sombra
contra mi sien,
leve abrigo sobre la nuca.
Para mi nostalgia de ave

mi penacho de plumas.


Graciela Wencelblat

Deja que la noche haga trampa
cuando apoya sus codos sobre el cuerpo
y clava la memoria de mañana.
Permanece esclava del silencio
sucumbe a la melancolía.
Intuye peligro bocas que muerden
la piel de los desiertos.
Amanece lejana de caricias


las tormentas cayendo sobre la que fue.



-aporte de Patricia Ortiz


de Poesía Vertical XIV, ROBERTO JUARROZ

"El abismo no admite el orden,
pero tampoco el desorden.
Y sabemos que todo es un abismo.

Sin embargo,
el juego de la hoja y el viento.
siempre acaba en el sitio más exacto.
Y ninguna hoja ensucia
el lugar donde cae.

Quizá una hoja ordene
o tal vez desordene

otra faz del universo."


-aporte de Jorge Vinitzky

El Cadáver y el Espanto

"La noche se agiganta devorando todo a su paso.
Ellos regresan por las mismas cornisas.
Con la fiebre que les engulle las entrañas.
Sin darse cuenta de su propia devastación"

Oscar Vicente Conde
( NocturnoXl )

El amanecer es un lejano presagio.
Una línea de claridad grisácea
que apenas se insinúa en el horizonte.
Los pastos se cubrieron de escarcha,
como un manto de diminutos cristales,
frágiles, pero afilados.
El cadáver yace boca arriba,
con los ojos opacos, muertos, abiertos.
Los carroñeros llegarán más tarde.
Primero serán los buitres y los insectos.
Luego, el hambre llevará la noticia
a todos los hambrientos.
Un orejudo búho se acerca
a curiosear el cadáver.
Sus presas son mas pequeñas,
pero si su virtud es la paciencia,
las alimañas acudirán al festín,
y se atiborrará de ellas...
cuando se marche el asesino,
que regresa por las ropas.
Quiere un cadáver desnudo
como una vaca, un burro, un caballo,
o un niño recién parido.
Da una última mirada y escupe hacia un lado
murmurando un gualicho.
Ni una herida, ni un golpe...
Un buen trabajo.
Solo los ojos abiertos y la mueca de terror.
Guarda en su saca el botín
de camisa, pantalón, botas...
Cubre con la holgada capucha
sus facciones imposibles, carga su bolsa,
y se desvanece lentamente

cuando el sol asoma.


-aporte de Alex Zeta

Temores

Esta pared blanca sobre la que el cielo hácese a sí mismo:
infinita, verdad, intocablemente intocable.
Los ángeles se bañan en ella, y las estrellas igualmente, en indiferencia también.
Mi medio son.
El sol se disuelve contra esa pared, desangrándose de sus luces.

Gris es la pared ahora, desgarrada y sangrienta.
¿Como salir de la mente?
Los pasos a mi zaga concéntranse en un pozo.
Este mundo carece de árboles y de pájaros,
solo hay agrura en él.

La pared roja no hace más que sobresaltarse:
un puño rojo se abre y se cierra,
dos papelosas bolsas grises:
he aquí mi materia, bueno: y terror también
a que llévenme entre cruces y una lluvia de lástimas.

Irreconocibles pájaros en una pared negra:
torciendo el cuello.
¡Esos sí que no hablan de inmortalidad!
Dos frías balas muertas se nos aproximan:
con mucha prisa vienen.


Sylvia Plath


"Poema III" de *Polvo para morder* Jorge Bocanera
bésale las piernas a la poesía
aunque diga que no/que aquí nos pueden ver
bésale las palabras hurga su lengua/hasta

que abra los brazos y diga ¡Santo Dios!
o hasta que santodios abra los brazos de
escándalo
bésale a la poesía a la loba
aunque diga que no que hay mucha gente que
aquí nos pueden ver/bésale las piernas las palabras
hasta que no de más hasta que pida más

hasta que cante


-aporte de Dilma Abrigo

Tiene la misma edad que yo tenía
cuando empecé a soñar en encontrarte.
Entonces no sabía, igual que tú
no has aprendido aún, que llega el día
en que el amor es esta arma cargada
de soledad y melancolía
que está apuntándote desde mis ojos.
Tu eres la muchacha que busqué
cuando aún no existías.
Y yo el hombre hacia el cual
querrás un día dirigir tus pasos.
Pero estaré tan lejos de ti entonces
como estás tú de mí en este semáforo "


Joan Margarit.


-aporte de Ce Ortiz

WENCESLAO MALDONADO, Buenos Aires, Argentina

El enojo
el enojo tiene
aquellas pocas páginas sudadas
de desencanto
después no leemos siquiera
lo que había sido escrito
y ni siquiera recordamos
el momento exacto
de la rebeldía
pero está el disgusto
con su rencor herido
de no entender

Inseguridad
será miedo
al asalto imprevisto
de la violencia
un temor sordo llenando
los espacios de la imaginación
el terror de la muerte de repente
el horror de la sospecha indefinida
cómo cuándo dónde
la incertidumbre del miedo
Sabor amargo
sabor amargo tienen hoy
ciertos días de caos
en la ciudad como trincheras
desordenadas por las calles
como incendios
repetidos en el aire
malsano
y la invasión de grises
en la insistida

velocidad de la locura


-aporte de María Timini

LA HIGUERA Juana de Ibarbourou

Porque es áspera y fea,
porque todas sus ramas son grises,
yo le tengo piedad a la higuera.

En mi quinta hay cien árboles bellos:
ciruelos redondos,
limoneros rectos
y naranjos de brotes lustrosos.

En las primaveras,
todos ellos se cubren de flores
en torno a la higuera.

Y la pobre parece tan triste
con sus gajos torcidos que nunca
de apretados capullos se visten...

Por eso,
cada vez que yo paso a su lado,
digo, procurando
hacer dulce y alegre mi acento:
-Es la higuera el más bello
de los árboles en el huerto.

Si ella escucha,
si comprende el idioma en que hablo,
¡qué dulzura tan honda hará nido
en su alma sensible de árbol!

Y tal vez a la noche,
cuando el viento abanique su copa,
embriagada de gozo, le cuente:

-Hoy a mi me dijeron hermosa.


-aporte de Alex Zeta

Cuadrados y ángulos

Casas enfiladas, casas enfiladas,
casas enfiladas.
Cuadrados, cuadrados, cuadrados.
Casas enfiladas.
Las gentes ya tienen el alma cuadrada,
ideas en fila
y ángulo en la espalda.
Yo misma he vertido ayer una lágrima,
Dios mío, cuadrada.

Alfonsina Storni




El muerto

Cuando caiga,
decididamente cuando caiga
podrán revisar las rutas del vino
las huellas del tabaco
los tatuajes del orgasmo
los tótems gigantescos de cada derrota.

Cuando caiga,
decididamente cuando caiga
habrán de hallar un sendero de pequeños guijarros
o migas de pan o trazos de orina
que conducen a esa ninguna parte de la desolación
que habité a los gritos.

Cuando caiga,
decididamente cuando caiga
observando con paciencia, comprenderán, quizá,
los malos humores (de los que no conozco arrepentimiento)
las largas ausencias
los excesos
la fragilidad encubierta
y ciertas maneras que guardaba la tristeza
al desplomarse en mis hombros.

Sin embargo, si quieren conocer, en verdad, mi corazón
tendrán que mirar a través del agujero en mi frente
porque allí detrás, en el hueco abierto de la nuca
encontrarán un océano de islas, estrellas y duraznos
y verán aquello que quise ser pero que, decididamente,
se tragaron las lluvias y los días.


Hugo Toscadaray, (de Elogios y otras intemperies – 2012)



-aporte de Dilma Abrigo

Agradecimiento

Debo mucho
a quienes no amo.

El alivio con que acepto
que son más queridos por otro.

La alegría de no ser yo
el lobo de sus ovejas.

Estoy en paz con ellos
y en libertad con ellos,
yeso el amor ni puede darlo
ni sabe tomarlo.

No los espero
en un ir y venir de la ventana a la puerta.
Paciente
casi como un reloj de sol
entiendo
lo que el amor no entiende;
perdono
lo que el amor jamás perdonaría.

Desde el encuentro hasta la carta
no pasa una eternidad,
sino simplemente unos días o semanas.

Los viajes con ellos siempre son un éxito,
los conciertos son escuchados,
las catedrales visitadas,
los paisajes nítidos.

Y cuando nos separan
lejanos países
son países
bien conocidos en los mapas.

Es gracias a ellos
que yo vivo en tres dimensiones,
en un espacio no-lírico y no-retórico,
con un horizonte real por lo móvil.

Ni siquiera imaginan
cuánto hay en sus manos vacías.

"No les debo nada",
diría el amor
sobre este tema abierto.

-Wislawa Szymborska-




Una palabra que empieza con A – Eugenio Mandrini

Esos que de noche ven demasiado con el oído: los asustados
Esos que por órdenes, por fracasos, por hastío, agachan
la cabeza cada vez más, y uno se pregunta ¿querrán
morderse el corazón?
Esos que pueden vivir sin mí del mismo modo que yo
(a veces) no puedo vivir sin sus muertes
Esos que se acuestan con una servilleta al cuello para soñar
con la Primera Cena: los desmigajados, los convidados a nunca
Esos que mudan los paquetes de la sangre a un carro y se
golpean los huesos con las coces de un caballo, para que arren
Esos que llevan los roperos al mar y regresan desnudos: los
ilusos vírgenes
Esos que no pueden dormir porque al despertar oyen relojes
atrasados: tic-crac tic-crac
Esos que miran caer los contoneos de una hoja de otoño
y piensan en la devoradora tristeza antes que en los
bosques del amor
Esos que leyeron el poema de Eluard, juzgaron que faltaba
oscuridad de aljibe o chillido de desesperación allí, y
se ponen a nombrar la libertad con un dedo de fuego
sobre una mole de hielo
Esos que han gastado su último manjar de tabaco y elaboran
sus propios humos con polvo de diente rechinado
Esos que a pedacitos se cortan las arrugas con tijeras
porque han visto su respiración perder velocidad
en los azotes del espejo
Esos que cierran las ventanas temerosos de morir ahogados
por el polvo que levantan las banderas cuando soplan
en las calles, y después, arrepentidos, se muerden
las lágrimas
Esos que dan sus puños solo frente a un momólogo, pero
secretamente cuentan los abrazos que guardan
Esos que no sobornan a la poesía para que cante como un
fantasma de oro, sino que la sumergen en lava para que
explote y aturda con sus silencios al reino de los
sordos; los mismos que la llevan a que espante a las
fieras congregadas en las fiestas dominicales y asalte
los candados que guardan a la inhallable mujer de Dios
Esos que se echan a vivir, sin equipaje, en andenes
desolados, para saber si después del último tren, bajo
la noche lustrada por las viejas y empecinadas estrellas,
volverá a pasar la lluvia con sus latidos de añorado
corazón: los melancólicos, los del hollín en un ojo,
los boquiabiertos que tejen la paciencia con sus barbas
Esos que bañan sus lenguas en jugos de pólvora y las
caricias en océanos de lija, y luego salen a cortejar
a la muerte, a demorarla
En fin, los trapecistas que hacen reir a los pájaros,
los suicidas que mueren centenarios en la cama
Para ellos los tesoros
desenterrados por los locos que cavan en el aire,

mi almohada de cuero de mortero que hace de pesadillas


-aporte de Lore Brito

Si yo pudiera - Fernando Pessoa

Si yo pudiera morder la tierra toda
Y sentirle el sabor
Sería más feliz por un momento.

Pero no siempre quiero ser feliz
Es necesario ser de vez en cuando infeliz
Para poder ser natural.

No todo es días de sol y la lluvia,
Cuando falta mucho, se pide.

Por eso tomo la infelicidad con la felicidad
Naturalmente, como quien no se extraña
De que existan montañas y planicies
De que haya rocas y hierbas.

Lo que es necesario es ser natural y calmado
En la felicidad o en la infelicidad.

Sentir como quien mira
Pensar como quien anda,
Y, cuando se ha de morir,
Recordar que el día muere
Y que el poniente es bello
Y es bella la noche que queda.


Así es y así sea.


-aporte de Juan Carlos Vecchi

ES NATURAL QUE DIOS SE COMUNIQUE/ROBERTO THEMIS SPERONI

Es natural que Dios se comunique
con mi melancolía; que comparta
mi pan, mi techo aciago y que me ofrende,
de vez en cuando, un búho, una botella,
una hoja de menta, un libro viejo
escrito sobre un vidrio de colores.

Es natural que llegue sin anuncio,
definido y abierto como un árbol,
y que se instale cerca de la leña
desatada en crujidos ardorosos
sin dirigirme nunca la palabra,

alto y ritual, hermoso como un sable.



-aporte de vecchito

(Poesia Hungara ) - El encuentro que no será /Lázlo Kálnoky*

(Traducción de Rodrigo Escobar Holguín y Vera Székács).

En vernos más allá no creas.
Ni yo lo creo. En el tiempo infinito
dos veces no se da la misma cosa.
Nuestra oportunidad nula sería.
Todavía puedo sostener tu mano.
Te inclinas sobre mí por ver si duermo.
Pero al final lo oscuro va a tragarse
nuestros rasgos. Entonces ya seremos
el uno para el otro como aquellos
que vivieron en siglos diferentes.
Más ajenos que imágenes de hombre
y mujer, que se ignoran uno a otro
mientras cuelgan en vano de la misma
pared, en el salón de algún castillo
antiguo, donde siempre más espesas

sombras se van colando en la ventana.


-aporte de vecchito

Advenimiento de los animales/De DOLORES ETCHECOPAR

Estoy aquí
como la cabeza de aquel muerto
la mañana recorre con un vidrio
mi vieja máscara de toro
quiero acordarme
quiero escuchar los preparativos del universo
la primera vez de los caballos
la primera vez del silencio

tengo el tacto embrujado sobre el sollozo
y la tinaja
que dejó la luz
entre mis ropas
(no lo digo con el lenguaje
sino con el presagio
y las mulas
y la orfandad de los patios)
arrastro la humedad brillante
de las fornicaciones

hablo con mi parte extinta
otros tesoros violentos
otra risa situará mi demencia
otros reyes bajarán en canoa
y habrá un vidrio inmenso en las ciudades
para mirar los crímenes

chatarra
palabras contrahechas destruyeron
un sonido del bosque
hay sangre en el silencio
cuando hablo
sólo me obedecen los animales del fin el mundo


(Transcripción de Notas salvajes - Buenos Aires, Editorial Argonauta, 1989.).



 -aporte de Jorge Vinitzky

DICOTOMÍA INCRUENTA

Siempre llega mi mano
más tarde que otra mano que se mezcla a la mía
y forman una mano.

Cuando voy a sentarme
advierto que mi cuerpo
se sienta en otro cuerpo que acaba de sentarse
adonde yo me siento.

Y en el preciso instante
de entrar en una casa,
descubro que ya estaba
antes de haber llegado.

Por eso es muy posible que no asista a mi entierro,
y que mientras me rieguen de lugares comunes,
ya me encuentre en la tumba,
vestido de esqueleto,
bostezando los tópicos y los llantos fingidos.


Oliverio Girondo


-aporte de Bibi Varela Gibb

Jaime Sabines

Después de todo

Después de todo -pero después de todo-
sólo se trata de acostarse juntos,
se trata de la carne,
de los cuerpos desnudos,
lámpara de la muerte en el mundo.

Gloria degollada, sobreviviente
del tiempo sordomudo,
mezquina paga de los que mueren juntos.

A la miseria del placer, eternidad,
condenaste la búsqueda, al injusto
fracaso encadenaste sed,
clavaste el corazón a un muro.

Se trata de mi cuerpo al que bendigo,
contra el que lucho,
el que ha de darme todo
en un silencio robusto
y el que se muere y mata a menudo.

Soledad, márcame con tu pie desnudo,
aprieta mi corazón como las uvas


y lléname la boca con su licor maduro.



-aporte de vecchito

NO HAY AGUJA SIN PUNTA PENETRANTE - Pueblo Bakuba, Congo Central

No hay aguja sin punta penetrante.
No hay navaja sin hoja afilada.
La muerte llega a nosotros de muchas formas.
Con nuestros pies andamos por la tierra del chivo.
Con nuestras manos tocamos el cielo de Dios.
Algún día futuro, en el calor del mediodía,
seré llevado en hombros
a través del pueblo de los muertos.
Cuando muera, no me entierren bajo los árboles del bosque,
le temo a sus espinas.
Cuando muera, no me entierren bajo los árboles del bosque,
le temo al agua que gotea.
Entiérrenme bajo los grandes árboles umbrosos del mercado.
Quiero escuchar los tambores tocando.

Quiero sentir los pies de los que bailan.



-aporte de JuanCarlos Vecchi

Resumen en otoño/De Julio Cortázar.

En la bóveda de la tarde cada pájaro es un punto del recuerdo.
Asombra a veces que el fervor del tiempo
vuelva,sin cuerpo vuelva,ya sin motivo vuelva;
que la belleza, tan breve en su violento amor
nos guarde un eco en el descenso de la noche.

Y así, que más que estarse con los brazos caídos,
el corazón amontonado y ese sabor de polvo
que fue rosa o camino.
El vuelo excede el ala.
Sin humildad, saber que esto que resta
fue ganado a la sombra por obra de silencio;
que la rama en la mano,que la lágrima oscura
son heredad, el hombre con su historia,
la lámpara que alumbra.



-aporte de Dilma Abrigo
Es la dicha
es la dicha
colmada
interminable
sucediendo sin prisa
con fervor
sin memoria
sin nada más
sin trabas
irrenunciable
absorta.
Es la dicha
y es una
la de los dos
y es grave
y es infinita y es
sin límites
total
eterna
mientras dura.


-Idea Vilariño-


-aporte de Zulma Fraga
I

Pregunto por la muerte;
este naufragio no nos salva siquiera de la vida
y camino sonámbula y golpeada
pregunto por la muerte.

Y la aventura, por dónde te comió?
Por dónde pudo entrarte la soledad un día
y sacarme de ti como un abrojo?

Pregunto por la muerte;
ya no somos amigos.

Porque era yo tu soledad y fui
tu silencio, tu nido, tu alborozo
y fui tu color de mariposa
en esas tardes ácidas de invierno.

Porque era yo tu pena y porque era
la espina en el costado de tu sangre,
el clavo dulce y cruel que atormentaba
tu oscura carne de hombre enamorado.

Porque era flor de angustia y de locura,
porque era pan de amor todos los días.

Ahora sólo digo pregunto por la muerte.

Y también estuvo eso de empañarse,
de llenar de gris de plomo la manzana,
de cargar con cuatro balas la esperanza,
de salir a asesinarnos con ternura.

Y también, es cierto, estuvo como un cristo
tu amor crucificado por mis manos.

Ahora ya me callo, éste es el tiempo
de mendigar rodillas a la luna
o acaso no es el tiempo
o simplemente
la luna está sembrada de mendigos.

Pregunto por la muerte y me pregunto
por dónde te quitaron de mi sangre,
quién fue, quién quiso, quién estuvo
comiéndote el amor con dientes grandes.

Ahora ya me callo, es el crepúsculo.
El sol se agarra a dios como a un ahogado.

NIRA ETCHENIQUE

-aporte de Ce Ortiz
Philippe Soupault (Francia, 1897-1990)

Hacia la noche

Es tarde
en la sombra y en el viento
un grito asciende con la noche
No espero a nadie
a nadie
ni siquiera a un recuerdo
Hace ya tiempo que pasó la hora
pero ese grito que lleva el viento
y empuja hacia adelante
viene de un lugar que está más allá
por encima del sueño
No espero a nadie
pero aquí está la noche
coronada por el fuego
de los ojos de todos los muertos
silenciosos
Y todo lo que debía desaparecer
todo lo perdido
hay que volver a encontrarlo
por encima del sueño
hacia la noche.


Philippe Soupault


GOLEM

Ese violento fleco rojo es una estrella. El día acaba
como, el llanto, una tierra sorda, un pardo.
La destrucción devora las cornisas,
un talco ruin se posa en las ventanas,
y de los puentes crece como un nombre maligno,
una agobiada enfermedad del agua.

Allí en tu pálido país arde la tarde
por donde irás, de color claro, un poco triste.
No puede ser que no estés triste a veces,
no puede ser que ignores
cuánta tristeza hay en tu doble, esta
callada figulina que a mi lado contempla
la fría perfección de la noche que nace.


Julio Cortázar

barajar y dar de nuevo


Mujer que callas y añoras;
en tu ventana no hay más lágrimas.
Las aves no te traen noticias
ni el viento te susurra al oído.
Tu espalda sostiene lo que no pudo ser.
El horizonte se vuelve un muro inmóvil.

Callas y preguntas:
¿si el pasado es presente
dónde podré anidar?

Lejos permanece la vida.
No en tu casa,
no en tu mundo.

¿Qué luna mediterránea derribará el muro?
¿Quién podrá convencerte que la esperanza existe?
¿Cuál será el arco iris que te aguarda?

¿Cuáles las cartas para
barajar
y dar de nuevo?


Teresa Vaccaro.

De "Donde la vida va" Ed. El Mono Armado 2012


-aporte de Zulma Fraga
Elogio de mi hermana (Wislawa Szymborska)

Mi hermana no escribe versos.
y dudo que empiece de repente a escribir versos.
Lo sacó de mi madre, que no escribía versos,
y de mi padre, que tampoco escribía versos.
Bajo el techo de mi hermana me siento segura:
el marido de mi hermana por nada en el mundo escribiría versos.
Y aunque esto suene a obra de Adam Macedonski,
ninguno de mis parientes se dedica a escribir versos.

En los cajones de mi hermana no hay viejos versos,
ni recién escritos en su bolso.
Y cuando mi hermana me invita a comer
sé que no es con la intención de leerme sus versos.
Sus sopas son exquisitas sin premeditación
y el café no se derrama sobre sus manuscritos.

En muchas familias nadie escribe versos,
pero si lo hacen, es raro que sea sólo una persona.
A veces la poesía fluye en cascadas de generaciones,
creando peligrosos remolinos en sus mutuos sentimientos.

Mi hermana cultiva una buena prosa hablada,
y toda su escritura son postales de sus viajes
con textos que prometen lo mismo cada año:
que cuando vuelva,
me contará todo,
todo,
todo.




Wislawa Szymborska


-aporte de Dario Würtz Paiva

los buscadores de almas

crearon al mamboretá

mientras yo revolvía

con una rama

tu rostro en el agua


(alejandro carrizo)


-aporte de Dario Würtz Paiva

Rosa y dorada...
Rosa y dorada
la ribera.
La ribera rosa y dorada

Febrero,
y ya estás,
belleza última, en el cielo y el agua.

Etérea,
pero ya estás,
vapor flotante de un sueño
que parece de flor y es de un lúcido pensamiento
que se busca
y se suspende
mientras el cielo es un ardor sensible.

Por los caminos pálidos, entre la hierba oscura,
el alma es un olvido hacia una orilla eterna
Juan L. Ortiz


La purificación del círculo.(fragmento)

Agotado por el frío de todo un día espera, como un perro hambriento busco refugio en la noche. Sobre cualquier montículo de hojas o pasto abandono mi cuerpo, tan ajeno, extraño a mí, que paso a mi lado, sin reconocerme siquiera. Un verdadero mendigo de calor. Así guapeo la noche, aguardando por el sol para juntarme conmigo. No ser ya el grotesco payaso bebiendo el vino de los mansos…


Dario Würtz Paiva


-aporte de Diego de Castro Korgi

Balada del mar no visto

León de Greiff

Viajero de las noches
yo soy.
Viajero de las noches embriagadas; nauta
de sus golfos ilímites,
de sus golfos ilímites, delirantes, vacíos,
- vacíos de infinito..., vacíos...-Dócil nauta
yo soy,
y mis soñares derrotados navíos...
Derrotados navíos, rumbos ignotos, antros
de piratas...!el mar!
Mis ojos vagabundos
–viajeros insaciados- conocen cielos, mundos,
conocen noches hondas, ingraves y serenas,
conocen noches trágicas,
ensueños deliciosos,
sueños inverecundos...
Saben de penas únicas,
de goces y de llantos,
de mitos y de ciencia,
del odio y la clemencia,
del dolor
y el amar...!
Mis ojos vagabundos,
mis ojos infecundos...:
no han visto el mar mis ojos,

no he visto el mar! "


Nudos.

A la única que le pregunto todo el tiempo es a mí.

¿De qué se trata este nudo en la garganta?
¿Son madreselvas las que trepan por mi espalda?
¿Cuál extraño combustible hace girar al mundo?
¿Qué día, a qué hora, terminará el arena de nombrar al tiempo?

No hallo, el universo paralelo del que hablan los cuentos,
no logro espantar, la melancolía que me invade como planta,
no comprendo de qué habla, este nudo en mi garganta.

No sé, en que instante…nos anudamos tanto.


Graciela Rivero.


-aporte de Oscar vicente Conde

De "El aire del agua" 1934
André Breton

Tus miembros van desplegando a tu alrededor unas sábanas verdes
Y el mundo exterior
Hecho de puntos
No funciona ya las praderas han desteñido los días los campanarios se reúnen
Y el Puzzle social
Entregó su última combinación
Todavía esta mañana esas sábanas fueron apartadas hicieron vela contigo de un lecho prismático
En el castillo revuelto del sauce de ojos de lama
Para el cual con la cabeza abajo
Partí en otro tiempo
Sábanas almendra de mi vida
Cuando te vas el cobre de Venus
Inerva la hoja resbaladiza y sin bordes
Tu gran ala líquida

Se agita entre el canto de las vidrieras


RESTOS 2

Tímidamente
sobre el horizonte brumoso
asoma el rey
su luz aún escasa
intenta acariciar la tierra
húmeda y fría
para jugar con ella
al amor de escasos momentos

los primeros bullicios
toman entidad
los aromas de las luchas nocturnas
tarden en evadirse

los restos de pieles brillan bajo las hierbas


Autor: Oscar Vicente Conde ©


-aporte de Carlos Caposio

"Un hombre se propone la tarea de dibujar el mundo. A lo largo de los años puebla un espacio con imágenes de provincias, de reinos, de montañas, de bahías, de naves, de islas, de peces, de habitaciones, de instrumentos, de astros, de caballos y de personas. Poco antes de morir, descubre que ese paciente laberinto de líneas, traza la imagen de su cara". Jorge Luis Borges



-aporte de Patricia Pastore

Desayuno Prévert

Echó café
en la taza.
Echó leche
en la taza de café.
Echó azúcar
en el café con leche.
Con la cucharilla
lo revolvió.
Bebió el café con leche.
Dejó la taza
sin hablarme.
Encendió un cigarrillo.
Hizo anillos
de humo.
Volcó la ceniza
en el cenicero
sin hablarme.
Sin mirarme
se puso de pie.
Se puso el sombrero.
Se puso el impermeable
porque llovía.
se marchó
bajo la lluvia.
Sin decir palabra.
Sin mirarme.
Y me cubrí
la cara con las manos.
Y lloré.



-aporte de Jorge Vinitzky



POEMA 12

Se miran, se presienten, se desean,

se acarician, se besan, se desnudan,

se respiran, se acuestan, se olfatean,

se penetran, se chupan, se demudan,

se adormecen, se despiertan, se iluminan,

se codician, se palpan, se fascinan,

se mastican, se gustan, se babean,

se confunden, se acoplan, se disgregan,

se aletargan, fallecen, se reintegran,

se distienden, se enarcan, se menean,

se retuercen, se estiran, se caldean,

se estrangulan, se aprietan se estremecen,

se tantean, se juntan, desfallecen,

se repelen, se enervan, se apetecen,

se acometen, se enlazan, se entrechocan,

se agazapan, se apresan, se dislocan,

se perforan, se incrustan, se acribillan,

se remachan, se injertan, se atornillan,

se desmayan, reviven, resplandecen,

se contemplan, se inflaman, se enloquecen,

se derriten, se sueldan, se calcinan,

se desgarran, se muerden, se asesinan,

resucitan, se buscan, se refriegan,

se rehuyen, se evaden, y se entregan.


Oliverio Girondo



Amaneceres.

por Gabriela Fabiana Rivero
Ushuaia -Tierra del Fuego

Intentan cuestionarme la existencia de los amaneceres.
Sé bien que existen.
Tanto como el silencio de la lluvia en el asfalto,
como el aroma que se exhala después de volver del fin del mundo.
Existen.
Como los amores que nacen predestinados al fracaso,
como las montañas que se visten de sangre,
anunciando la muerte de la luna.
No podrán convencerme.
Lo sé, cuando la oscuridad que me puebla,
produce un fuego especial,
que enciende la luz que te habita.
A veces me acosan las dudas.
Quisiera incluso la certeza de nuestra existencia,
y entonces estiro el brazo,
intento tocar el mar cuando el sol despierta.

Miro fijo, me encandila,
y al abrir los ojos, descubro que la pequeña sonrisa
que se dibuja en la comisura de tus labios,
me promete algo tan maravilloso,
que es imposible,

que el amanecer no exista.


-aporte de Vecchito:

MUHAMMAD AL MAGUT (*) - INVIERNO

(Traducido del árabe por: María Luisa Prieto).

Como lobos en una estación seca
Germinamos por todas partes
Amando la lluvia,
Adorando el otoño.

Un día incluso pensamos en mandar
Una carta de agradecimiento al cielo
Y en lugar de un sello
Pegarle
Una hoja de otoño.

Creíamos que las montañas se desvanecerían,
Los mares se desvanecerían,
Las civilizaciones se desvanecerían
Pero permanecería el amor.

De pronto nos separamos:
A ella le gustan los grandes sofás
Y a mí me gustan los grandes barcos,
A ella le gusta susurrar y suspirar en los cafés
Y a mí me gusta saltar y gritar en las calles.

A pesar de todo
Mis brazos se abren al universo
Esperándola.


(Del poemario: La alegría no es mi profesión - "Al-farah laysa mihnati").


Zulma Fraga
32.

ella terminó
colgada de un gancho

(hoy va a esparcirse mucha basura)

¿qué importa una prostituta muerta?
¿una mujer en un aborto?
¿una mujer promiscua?

qué importa una mujer muerta

ni siquiera tenía quién
la enterrara


brindemos por ella


Damiel Adrián Castelao

In Principio Erat Verbum

Esta garganta mía, tu oído.
Susurros.
El verbo se hace carne
en estas manos de niño.

Esta lengua mía, tu sexo.
Sabores.
El verbo se hace savia
en estas mejillas de hombre.

Este cuerpo tuyo, mío
Aromas
El verbo se hace uno,
engendra un Ángel

Y habita en nosotros,
esencia permanente,
latido metafísico.
Lo comprendemos.

Lo perdemos.


-aporte de Dilma Abrigo

No decía palabras

No decía palabras,
acercaba tan sólo un cuerpo interrogante,
porque ignoraba que el deseo es una pregunta
cuya respuesta no existe,
una hoja cuya rama no existe,
un mundo cuyo cielo no existe.

La angustia se abre paso entre los huesos,
remonta por las venas
hasta abrirse en la piel,
surtidores de sueño
hechos carne en interrogación vuelta a las nubes.

Un roce al paso,
una mirada fugaz entre las sombras,
bastan para que el cuerpo se abra en dos,
ávido de recibir en sí mismo
otro cuerpo que sueñe;
mitad y mitad, sueño y sueño, carne y carne,
iguales en figura, iguales en amor, iguales en deseo.
Aunque sólo sea una esperanza
porque el deseo es pregunta cuya respuesta nadie sabe.


-Luis Cernuda-


"Hay alguien"

Hay alguien dentro de mí.
O quizás algo mágico, ha quedado después...
Siento su presencia desde el momento en que me aíslo
y coloco el cerrojo de mi alma.
Huelo su piel de espuma y lavandas.
Me palpa el cuello con labios invisibles, estremeciéndome.
Baja, tanteando mi cuerpo, como un lamido suave,
indagando mis sensaciones.
Escucho su voz cadenciosa, casi en un susurro.
No puedo palparlo, ni asirlo.
Pero lo intuyo.
Se desliza en el espacio y mueve, imperceptiblemente,
las cortinas que me separan del mundo de los otros.
Dibuja la sonrisa de mi rostro en la foto fondomar,
donde bailo en la arena.
Vuela, como una hoja en otoño, meciéndose en el aire
con un silbido.
Ilumina las paredes con colores,
bosquejando mi silueta y la suya.
Si dejo a su merced la página del libro que abro al azar,
encuentro sus palabras.
Talla un hueco en mi cama y entibia las sábanas
en las noches eternas de desvelo.
Me acaricia, con la suavidad de una pluma,
y eriza mi piel cuando comienzo a adormecer.
Aparece en el sueño
y olvido su nombre al despertar, inquieta, por las noches.
Sé que está a mi lado cuando tomo el café de la mañana
arrellanada en el sofá.
Acompaña mi cena frugal,
sentado a mi mesa en la silla de enfrente.
De alguna forma perdura,
sólo en mí, cuando me indago.
No en la oficina, ni en el viaje en subte,
ni en el reto del día fuera de este lugar,
mi memoria más oculta:
El pequeño refugio de la soledad.
Donde nació aquel vínculo.
Y nos amáramos,
fugitivos del tiempo...


Alicia S Gómez


-aporte de Juan Carlos Vecchi

ARDEN LAS PALABRAS/De MUHAMMAD AL MAGUT

(Traducido del árabe por: María Luisa Prieto)

Poesía, inmortal cadáver, me aburres.
Líbano arde,
Brinca cual yegua herida al borde del desierto
Mientras yo busco a una chica robusta
Para rozarla en el autobús,
A un hombre de rasgos árabes
Para derribarlo en cualquier sitio.

Mi país se desploma,
Tiembla desnudo cual cachorro de león
Mientras yo busco un rincón retirado
Y a una aldeana desesperada para seducirla.

Diosa de la poesía
Que penetras en mi corazón cual cuchillo
Cuando pienso que compongo poemas
A una chica desconocida,
A un país mudo
Que come y duerme con cualquiera.

Puedo reírme hasta que la sangre
Fluya por mis labios.
Yo soy la flor letal,
El águila que golpea a su presa sin piedad.

Árabes,
Montañas de harina y placer,
Campos de balas ciegas,
¿queréis un poema sobre Palestina,
sobre conquista y sangre?

Yo soy un hombre extraño:
Tengo el pecho de lluvia
Y en mis ojos ausentes
Hay cuatro naciones heridas buscando su muerte.

Estaba hambriento,
Escuchando la triste música
Y dando vueltas en la cama cual gusano de seda
Cuando saltó la primera chispa.
Desierto: tú mientes.
¿Para quién es esta muerte púrpura
y la flor recogida bajo el puente?
¿Para quiénes son estas tumbas
inclinadas bajo las estrellas,
esta arena que nos das
cada año cual cárcel o poema?

Ayer regresó este héroe de labios delgados
Acompañado por el viento, los tristes cañones
Y su larga lanza brillando cual puñales desnudos.
Dadle un anciano o una prostituta,
Dadle estas estrellas y las arenas judías.
Allí
En medio de la frente
Donde cientos de palabras agonizan
Quiero la bala de gracia.

Hermanos,
He olvidado vuestros rasgos,
Aquellos seductores ojos.
¡Dios mío!

Cuatro continentes heridos en mi pecho.
Creía que conquistaría el mundo
Con mis ojos azules y mi mirada poética.

Líbano: mujer blanca bajo el agua,
Montañas de pechos y garras.
Grita, mudo,
Alza los brazos
Hasta que estallen las axilas
Y sígueme.
Yo soy el barco vacío,
El viento cubierto de campanas.
Sobre los rostros de las madres y los cautivos,
Sobre los versos y metros decadentes
Verteré fuentes de miel,
Escribiré sobre árboles o zapatos,
Rosas o muchachos.
Aléjate, desgracia,
Bello muchacho encorvado.
Mis dedos son largos cual agujas
Y mis ojos son dos héroes heridos.
Desde hoy no habrá versos.
Cuando te derriben, Líbano,
Y se acaben las noches de poesía y frivolidad
Dispararé la bala en mi garganta.


Del poemario: Tristeza a la luz de la luna (Huzn fi daw al-qamar)


agujero – Eugenio Polisky

hubo un agujero
un hueco en lo continuo en la expectativa lógica del hilo
un quiebre en la evanescencia de la palabra tiempo
algo que martilló inevitable la permanencia del paréntesis
(sin forzar
sin prepararlo)
como una estaca en la cólera del canto

hubo un agujero
un cráter
el bostezo del abismo en la intemperie
una garganta en la impavidez del viaje
el resplandor espanto de pedir que algo (si es) ocurra

lo imposible se asoma en ese caminar acuático de alas
en ese brillo de incisión de la locura

hay voracidad en el agujero
en el silencio del guijarro

y se relame el blanco sin recuerdos


-aporte de Eugenio Polisky

INGEBORG BACHMANN - [Immerzu in den Worten sein] - versión de Jan Pohl

Estar permanentemente en las palabras, quieras o no,
Estar siempre vivo, lleno de palabras por la vida,
como si las palabras estuviesen vivas, como si la vida fuera palabra.

Tan distinto es, creedme.
Entre una palabra y un objeto
sólo te entremetes tú mismo,
como con un enfermo yaces con los dos
ya que ninguno se arrima jamás al otro
degustas un sonido y un cuerpo,
y te gustan los dos.

Sabe a muerte.

Pero vida y muerte, si existen las dos,
quién sabe,
como hay tanto muerto lejano en mí.
como ya me ha afectado
tanto fallecido
y también los muertos.

una amiga que antes me conocía,

un jarro del que brindé por ti


-aporte de Juan Carlos Vecchi


El poeta es un fingidor. Finge tan completamente que hasta finge que es dolor el dolor que en verdad siente.


Fernando Pessoa


-aporte de María Lyda Canoso

Sitio - Jorge García Sabal

Hice bien.
Esta noche tapé la jaula de los pájaros,
dejé sin luz a los peces que dormían
cautivos de un solo ojo, eché
por la escalera, justo en su última vida,
al gato.
Hice todo bien.
Ahora estoy solo y Billie Holliday me dice,
hamacándome, la voz llena de pasto y agria,
un cuento para dormir, un sueño. Ella
dice y cuenta cosas que conozco, hamacándome
suave, solos.
Ahora amanece, es el día para siempre.

Me hamaco. Estoy solo. Hice bien, todo bien.


Óxido extraño – María Lyda Canoso


casi en penumbra
corredor de espejos azogados con flores venenosas de campanilla
azules para ser más precisa

óxido extraño es el que modifica la tersura del espejo y lo convierte en un peligro de galería de flores de infancia
no las de los cementerios (esas no esas no) sí las de los ramos de los enamorados del muro de la ausencia


a veces las miro pasar rápido en viejas garitas desactivadas del ferrocarril y pienso que a ese paisaje de abismo alguna vez lo vi-


El verbo – Mario Benedetti

En el principio era el verbo
y el verbo no era dios
eran las palabras
frágiles transparentes y putas
cada una venía con su estuche
con su legado de desidia
era posible mirarlas al trasluz
o volverlas cabeza abajo
interrogarlas en calma o en francés
ellas respondían con guiños cómplices y corruptos
qué suerte unos pocos estábamos en la pomada
éramos el resumen la quintaesencia el zumo
ellas las contraseñas nos valseaban el orgasmo
abanicaban nuestra modesta vanidad
mientras el pueblo ese desconocido
con calvaria tristeza decía no entendernos
no saber de qué hablábamos ni de qué callábamos
hasta nuestros silencios le resultaban complicados
porque también integraban la partitura excelsa
ellas las palabras se ubicaban y reubicaban
eran nuestra vanguardia y cuando alguna caía
acribillada por la moda o el sentido común
las otras se juntaban solidarias y espléndidas
cada derrota las ponía radiantes
porque como sostienen los latinoamericanos del boul mich
la gran literatura sólo se produce en la infelicidad
y solidarias y espléndidas parían
adjetivos y gerundios
preposiciones y delirios
con los cuales decorar el retortijón existencial
y convertirlo en oda o nouvelle o manifiesto
las revoluciones frustradas tienen eso de bueno
provocan angustias de un gran nivel artístico
en tanto las triunfantes apenas si alcanzan
logros tan prosaicos como la justicia social
en el después será el verbo
y el verbo tampoco será dios
tan sólo el grito de varios millones de gargantas
capaces de reír y llorar como hombres nuevos y mujeres nuevas
y las palabras putas y frágiles
se volverán sólidas y artesanas
y acaso ganen su derecho a ser sembradas
a ser regadas por los hechos y las lluvias
a abrirse en árboles y frutos
a ser por fin alimento y trofeo

de un pueblo ya maduro por la revolución y la inocencia


Zona de fuego

Cómo despierto
y me quito el desorden
de azucena/lirio/ mariposa.

Cómo elevo mi voz
si por la tarde
se derramó la brisa
y sólo queda confusión.

Cómo despierto
de esta maraña de colores
que
no es mi huella.


© Cecilia Ortiz


aporte de Teresa Vaccaro:

Lunas menguantes

Nacemos hueso y carne.
Multiplicando sueños. Tropezando.
¿Quién no lleva alguna marca?
¿una sombra inconsciente
en la trastienda de los ojos?

Hay quienes generan vientos,
escupen palabras y van de orquesta por la vida.
Viven rápido, sin detenerse.
Sin registro de ayeres.

Hay quienes intentamos el vuelo,
nos ahogamos en otros,
callamos nuestro dolor de cada día.
Lo vamos apilando en lunas menguantes
hasta que la noche es tan negra
que la llama se extingue.

Sin que los demás lo hayan notado.

© Gabriela Delgado

aporte de Valeria Cervero:

Música

Corté su azul como un hilo de encanto,
como un racimo que ya no prospera.
Como un cauce donde tal vez había
el cristal que el agua alumbra de la nada.
Corté su escaso cielo por lo sano,
ya no más la suavidad del escondite,
música donde bebía mi silencio.
Suele pasar con retoños tardíos
que brotan, indefensos,
de la rama quebrada.

María Cristina Ramos


:
alguien puede
en lo oscuro
nombrar
para dejarnos ver


Valeria Cervero

aporte de Ce Ortiz:

Alberto Nessi 

no digas

No digas fuego si la hiedra en septiembre
no lleva una mariposa con alas de llama
sobre flores que las abejas saquean
entre hojas corazón trepando por los muros
no digas lluvia si el caracol calla
por las sendas de la adolescencia
si la oscuridad del olvido arrastra a los muertos
como un desprendimiento de piedras
no digas otoño si nadie responde
en el marco azul de la ventana,
si mudo está cada tambor en la noche
de los sueños, si los pájaros se han ido
no digas amor si la colina de los ojos
no refleja los viñedos y el renacer
de las hojas que crecen tras la ceniza,
si antes de nacer la sonrisa se apaga
no digas gracia si la perla del alba
no se enciende para todos en la mañana,
si la esperanza no ofrece una rama firme
a quien vaga perdido en la niebla
no digas patria si la sombra de la piedra
no ofrece amparo al alma errante
de quien huye de silencios de muerte
hacia una palabra que no miente
no digas cielo si los hombres se matan
aún y siempre por los caminos del mundo,
si la vida es un andrajo arrebatado
por el viento del odio y de la locura
no digas nada si la luz no resplandece.



1 comentario:

  1. ÁRBOL DE MAGNOLIAS - Marossa de Giorgio

    Árbol de magnolias,
    te conocí el día primero de mi infancia,
    a lo lejos te confundes con la abuela, de cerca, eres el aparador
    de donde ella sacaba el almíbar y las tazas.
    De ti bajaron los ladrones;
    Melchor, Gaspar y Baltasar;
    de ti bajaban los pastores y los gatos;
    los pastores, enamorados como gatos,
    los gatos, serios como hombres, con sus bigotes y sus ojos de enamorados
    Esclava negra sosteniendo criaturitas, inmóviles, nacaradas.
    Virgen María de velo negro,
    de velo blanco, allá en el patio.
    Eres la abuela, eres mamá, eres Marosa, todo eres, con tu
    eterna
    juventud, tu vejez eterna,
    niña de Comunión, niña de novia,
    niña de muerte.
    De ti sacaban las estrellas como tazas,
    las tazas como estrellas.
    Estuvo oculto en tus ramos el Libro del Destino.
    Te has quedado lejos, te has ido lejos.
    Pero, voy retrocediendo hacia ti,
    voy avanzando hacia ti.
    Te veré en el cielo.
    No puede ser la eternidad sin ti.


    Aporte de Amalia Zacoutegui al festejo de cumple de nuestra querida Alicia

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